lunes, 19 de octubre de 2015

Jane moving to Austria




Todo el mundo describiría a Jane cómo una mujer sensual, desenfrenada, antiparabólica, relajada, juvenil, alegre y sobre todas las cosas particular, claro está, que esa porción de gente llamada todo el mundo nunca intimó con Jane lo suficiente como para conocerla, lo que si acertaron todos es que era peculiar. Jane, como todas las mujeres, era temperamental, un día estaba alegre y al siguiente podía estar triste, es mas, al minuto siguiente ya cambiaba de humor, consecuencia de su impulsividad, era artista se sentía muy cómoda expresando sus emociones a través de la música y el arte plástico. Un día, como todos los días, fue en busca de su café matutino, ahhh pero la tienda mas cerca de Starbucks estaba cerrada, y se dijo, hoy seré impredecible, hoy no tomaré café, hoy no iré al trabajo, hoy es mi día libre, haré un viaje corto. Fue a la tienda de conveniencia y se compró un mapa, alquiló un volkswagen violeta, cogió su mochila, un poco de agua y patatas fritas, y salió a la carretera. Paraba en las gasolineras para dormir y luego continuaba, el viento le decía que este era su momento, si no estaba contenta con su vida, este era el tiempo de hacer cambios, después de todo, los seres humanos no somos arboles, podemos movernos. Así transcurrieron tres días, hasta que llegó a Hallstatt, en Austria, un pueblo bellisimo en la montaña junto a un lago, Jane se dijo aquí me quedo.

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